Es imposible
olvidarme, compañero de oficio. Nunca he conocido a una persona más divertida
que tú, tenías las ocurrencias que todos disfrutábamos. Tu talento en el
periodismo era único, pues tenías como ingrediente el humor, que muchos no
comprenden que esa “sal” era necesario en la sopa periodística. Ahora sabemos que, desde lo alto, nos
vigilarás y cuidarás.
Recordaré siempre
tus muestras de afecto y esas palabras que conseguían sacarme de la tristeza
con tu espíritu de alegría en todo momento. Con tu proyecto conseguimos una
sección de humor en las páginas de Puro Ñeque, y serás tomado en cuenta en mi libro “AREA DE CANDELA, solo deportes en caricaturas” que próximamente será
publicado. Tu partida al cielo ha sido un golpe durísimo y difícil de superar. Sin embargo, tengo la absoluta certeza de que
ahora reposes en paz y sin embargo , pienso que estará haciendo periodismo radial humorístico desde el cielo.
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